miércoles, 21 de octubre de 2009

Extracto de Blanco - enero de 1961 - anónimo.


En la década de los 60 las señoras aún estaban esclavizadas por las tareas domésticas (hoy no tanto, ya que muchas esclavizan a otras señoras que tienen que realizar las tareas de "la señora" y cuando llegan a su casa las suyas, aunque eso es otro tema...) y atenazadas por el temor de no estar a la altura de sus obligaciones. Se daba entonces muy a menudo en publicidad el esquema Problema/Producto/Solución, como en el caso del producto "Extracto de Blanco", nombre elocuentísimo.
En realidad, una prenda puede estar razonablemente limpia, sin necesidad de emitir destellos cegadores. Pero, ¿que hay de los comentarios de las amigas? ¿Como defenderse del entrometimiento de la suegra? ¿cómo sustraerse a la tentación de tener la ropa (que en aquellas épocas se tendía al sol) más blanca que la de las vecinas?
Procede recordar que en términos publicitarios, el color blanco está asociado a la limpieza y frescura; en psicoanálisis remiten a la pureza y virginidad; la nieve, el vestido de una novia, los mantos de imágenes religiosas, los guantes de los camareros (y los de los ladrones de alto standing) son blancos. Por lo tanto la vestimenta de una familia al cuidado de una buena ama de casa debe ser blanca (los colores "sufriditos", preferidos por algunas señoras, arrojarían dudas sobre el apego de las mismas a las tareas del hogar)
De manera, que gracias a Duperial (ahora ICI Argentina) y su Triple T-3 (lo tecnológicamente ininteligible tiene que ser bueno), todo este ideal de pureza y pulcritud estaba a la venta en unos sobres cuyo contenido simplemente se dejaba caer en el agua del lavado.

"Para Ti", enero de 1961.

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