El paso del tiempo ha ido derribando tabúes, y uno de ellos es el relacionado con la virtual "inexistencia" de la menstruación, a la que forzosamente las damas debieron durante muchos años aludir con apelativos a cual mas ingenioso, puesto que en ciertas épocas de estos (y de otros) temas "no se hablaba".
La menstruación está relacionada con la sexualidad; la Biblia en el Antiguo Testamento relacionaba la menstruación con la impureza, y prescribía una especie de "cuarentena", que en algunas culturas continúa practicándose, además de tener connotaciones negativas por relacionársela con molestias, dolores, ciertas limitaciones, necesidad de higiene especial, etc.
En la década de los 60 este tabú estaba en plena vigencia, y esto se refleja en la reticencia lingüística del anuncio: una censura consciente por parte del publicista con respecto al lenguaje publicitario, evitando palabras que en aquellos años eran consideradas demasiado "fuertes" y que podrían generar rechazo en el público, reemplazándolas por eufemismos: "Esos días", "el encierro" "esos días inevitables" y así por el estilo, además de publicitar como "femenino" un calmante que era igual de efectivo prescindiendo del sexo de quien lo tomase.
"Para Ti", 17 de enero de 1961
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